Te presento unos de los principales lugares que no puedes perderte en Essaouira, desde su fascinante medina y su animado puerto hasta sus extensas playas. Además, he recopilado algunas actividades recomendadas para que aproveches al máximo tu visita y disfrutes de esta encantadora ciudad.
No se puede entender la esencia de las ciudades marroquíes sin tener en cuenta la importancia y la historia de sus medinas. Aunque hoy en día las medinas son la parte antigua de la ciudad, la palabra "medina" en árabe significa simplemente "ciudad".
La medina es ese laberinto de callejuelas estrechas y sinuosas que persiste en las ciudades marroquíes. Es un espacio sin coches, lleno de pequeñas tiendas, mercados vibrantes y un sinfín de aromas. También es una zona fortificada, rodeada por las antiguas murallas o, incluso, los restos de ellas.
Otro de los lugares imprescindibles en Essaouira es su puerto, el alma de esta ciudad costera. Es el puerto el que otorga a Essaouira su carácter único, llenándola de aromas y de una profunda historia. A lo largo de los siglos, ha sido el puerto el que ha definido el destino de la ciudad, haciendo que cambiara de manos varias veces y convirtiéndola en un enclave codiciado y estratégico. Su influencia y vitalidad siguen siendo el corazón palpitante de Essaouira, marcando su identidad y su vínculo con el mar.
Es cierto que para el turista primerizo, el puerto de Essaouira puede resultar abrumador. El bullicio es constante, con cientos de gaviotas graznando, siempre atentas a cualquier trozo de comida que se les escape. Los barcos, con sus mástiles desgastados por el paso del tiempo, le dan un aire de decadencia y nostalgia. En las calles cercanas, los vendedores se agolpan con la pesca fresca del día, creando un ambiente vibrante y caótico, pero al mismo tiempo lleno de vida y autenticidad. Es un lugar que captura todos los sentidos y deja una impresión duradera.
Un hombre muestra con orgullo unas morenas recién pescadas, mientras otro expone un centollo a la vista de los transeúntes. Las mujeres, sentadas sobre cubos, exhiben las sardinas con destreza. Cualquier superficie se convierte en un puesto improvisado: una mesa, un carro, una tabla, un par de cajas o incluso un simple trozo de plástico. La escena refleja la autenticidad del puerto, donde el comercio se hace sin pretensiones, pero con una energía que da vida a cada rincón del lugar.
El olor a pescado es penetrante, y el bullicio del lugar no cesa. A pesar de ello, el puerto es una de las experiencias más auténticas que no puedes dejar de vivir en Essaouira. Si tienes la oportunidad, te recomiendo visitar por la mañana, cuando se lleva a cabo la subasta del pescado. Es un momento único, lleno de actividad y color, donde los pescadores y compradores interactúan en una dinámica vibrante, reflejando la esencia misma del puerto. Sin duda, es una experiencia que te sumergirá de lleno en la vida local.
Justo al salir de la medina y antes de adentrarte en el puerto, encontrarás la calle Skala, otro de los lugares imprescindibles que ver en Essaouira. Paralela al mar, esta pintoresca calle te conducirá hasta el famoso fuerte, desde donde podrás disfrutar de vistas privilegiadas del océano y del puerto. La Skala es una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, con su ambiente vibrante y su mezcla de historia y belleza natural, convirtiéndola en un recorrido obligado para quienes desean conocer el verdadero corazón de Essaouira.
Essaouira no sería lo mismo sin su imponente muralla. De tonos ocres y con siglos de historia grabados en sus muros, esta muralla otorga a la ciudad un carácter único que nos transporta a otras épocas. Cada rincón de sus piedras cuenta historias de tiempos pasados, de fortificaciones que protegían a la ciudad y de invasiones que nunca llegaron a concretarse. Hoy, es uno de los elementos más representativos de Essaouira, ofreciendo una conexión tangible con su pasado y una vista espectacular del mar y la medina.
mpezada a construir por los portugueses y terminada durante el mandato del sultán Sidi Mohamed Ben Abdallah, esta muralla guarda en su interior siglos de historia. Sus piedras, desgastadas por el paso del tiempo, cuentan en silencio las vivencias de una ciudad que ha sido testigo de numerosas transformaciones y que, a través de sus muros, ha protegido a Essaouira de los vientos del océano y las amenazas externas. Cada tramo de esta fortificación parece susurrar relatos de antaño, invitando a los visitantes a sumergirse en el pasado de la ciudad mientras recorren sus imponentes muros.
¿Qué mejor que disfrutar de un delicioso pescado fresco? Otra de las experiencias que no puedes perderte en Essaouira, si tienes tiempo y ganas, es comprar pescado recién pescado y llevarlo a una de las parrillas de la medina. En estos pequeños puestos, te lo cocinarán al momento, ofreciéndote un plato sabroso y auténtico, con el toque único de los sabores locales. Es una forma perfecta de saborear la frescura del mar y de sumergirte en la vibrante atmósfera de la medina, mientras disfrutas de uno de los manjares más característicos de la ciudad.
Puedes comprar el pescado directamente en el puerto, donde encontrarás a muchos vendedores ofreciéndote los productos más frescos. Solo tienes que elegir un par de piezas que te atraigan y llevártelas a las parrillas de la medina. De esta forma, podrás disfrutar de la experiencia completa, y si eres hábil, también podrás poner a prueba tus dotes de negociación.
Si prefieres no comprar el pescado tú mismo, puedes dirigirte a los puestos ubicados en la calle de la Skala. Los reconocerás fácilmente por sus carpas azules y blancas. Allí ya tienen pescado listo para cocinar, solo tienes que elegir el que más te guste y te lo prepararán a la parrilla para que disfrutes de un manjar fresco y delicioso.
Essaouira es el destino ideal para relajarte durante un par de días tras tu visita a Marrakech. Puedes descalzarte, arremangarte los pantalones y disfrutar de un paseo por la extensa orilla de su playa kilométrica.
La playa se encuentra al salir de la medina, a la izquierda del puerto, y te invita a un largo y agradable recorrido. Si te toca un día ventoso –algo común en Essaouira, conocida como la ciudad del viento–, puedes refugiarte en uno de los muchos cafés que se encuentran frente al mar. Allí podrás relajarte con un buen libro mientras disfrutas de la brisa marina y las vistas panorámicas.