Cabras en los árboles de argán: ¿maravilla de la naturaleza o maltrato animal?
Durante tu viaje por Marruecos, es posible que te encuentres con una escena que parece sacada de un sueño: cabras trepando los árboles de argán. Conocidas como cabras trepadoras o “voladoras”, su presencia se ha vuelto cada vez más común en los últimos años y se ha convertido en un atractivo turístico. Pero, ¿qué hay detrás de este curioso espectáculo? ¿Se trata de una habilidad natural de estos animales (y de sus cuidadores) o debemos considerarlo una forma de explotación animal?
El significado de las cabras en los árboles de argán
El argán es uno de los árboles emblemáticos de Marruecos, con extensos campos distribuidos especialmente en el sur, en zonas como Agadir y Essaouira. Su fruto es famoso por la producción de aceite de argán, muy valorado en la cosmética y también en la cocina. Además, es un alimento muy apetecido por las cabras, probablemente por el dulzor de su pulpa.
Por ello, cuando escasea el alimento en el suelo y algunas cabras demuestran su agilidad, no es raro verlas trepando los árboles para alimentarse directamente de los frutos. La escena, sorprendente y llamativa, pronto llamó la atención de los humanos: algunos dueños empezaron a entrenar a sus cabras para que permanecieran sobre las ramas y se convirtieran en protagonistas de fotografías turísticas.
El efecto visual es inmediato: pocos visitantes resisten la tentación de sacar su cámara o móvil para capturar el momento.
A favor y en contra de las cabras trepadoras
Los propietarios defienden esta práctica argumentando que el cambio climático y la sequía han reducido la vegetación y los recursos alimenticios disponibles para sus animales, obligándolos a buscar nuevas formas de alimentación.
Los propietarios aseguran que no se trata de maltrato ni explotación: las cabras son entrenadas y pueden mantenerse en equilibrio durante varias horas gracias a su instinto natural, que les ayuda a evitar caídas.
Sin embargo, los accidentes sí ocurren. Aunque la altura de los árboles no es muy grande, puede ser suficiente para causar fracturas en las patas, según algunos veterinarios. Esto ha llevado a asociaciones en defensa de los animales a considerar la práctica como un tipo de tortura.
Otro motivo de preocupación es que, en muchos casos, los entrenadores son niños, cuya agilidad y atrevimiento les permite escalar, pero que no deberían verse tentados a abandonar la escuela por actividades lucrativas.
El debate sobre esta práctica está presente tanto en la calle como en las redes sociales, y cada persona puede formarse su opinión. Por eso es importante conocerla, especialmente si viajas a Marruecos, ya que en algunas zonas es fácil de observarla, por ejemplo en la carretera que une Marrakech con Essaouira, donde abundan los árboles de argán y los turistas que hacen la ruta.
En Marruecos desde dentro defendemos firmemente el bienestar animal y rechazamos cualquier tipo de maltrato. Por ello, aconsejamos a nuestros clientes no promover prácticas perjudiciales, como separar a las crías de macaco de Berbería de sus madres para utilizarlas en fotos con turistas.
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